En Puerto Montt por la vereda
se me acerca un curaíto
me pregunta ¿no es delito
que le pida unas moneas?
yo le digo no se crea
que no sé a lo que usté viene
a robarle lo que tiene
a un turista despistao
hágase mejor a un lao
que a mí nadie me retiene.
Sus dos ojos de impotencia
me abre grande el caballero
y sacándose el sombrero
me hace una reverencia:
- ¡Vaya tranquilo Su Excelencia,
Dios le tenga compasión!
yo no soy cualquier bribón
pidiendo plata para el ocio
sino plata pal negocio
de tener lleno el bidón.
Sorprendido ante la labia
y el discurso del cristiano
le agarré fuerte la mano
y le dije: me ha hecho gracia
el nivel y la prestancia
con que habla de su vicio
no hace falta ya el resquicio
tome tenga estas monedas
no las gaste usté en tontera
y pa' la casa derechito.
El borracho respetuoso
me responde sonriendo:
¿Y dónde es que va yendo
apurao y temeroso
que le roben ese poco
que yo vi en su billetera?
- Al mall voy ¡pa que me crea! -
Él se burló ya caminando:
ahí sí que están robando
¡¡no sea saco e' brea!!
Llueve en París
Hace 1 año
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