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línea de tiempo

miércoles, 13 de octubre de 2021

Sorprendido de que no es normal pensar en el futuro

extiendo mis brazos ante ti como geranios

para que pases sin notarme sin medirme

mientras me llevas hacia un delante inexistente


Si quieres viviremos en la cuarta dimensión

donde el tiempo es un punto ya ocurrido

donde pensar es sólo otra textura y 

ambos carecemos para siempre


No digo siempre como eterno

sino como una rejilla de musgo con la que cubrir la falta.

Puedes llevarme hasta allá si así lo quieres

o aunque no quieras puedes atraerme con tu poder esférico

de cuerpos celestes en la órbita perfecta


Si lo que propones es un drástico presente

y lo que dispongo es una dialéctica ancestral

te entrego todo el futuro absorbible por tu eclipse

y así yo pueda comenzar a sentir 

poco a poco a poco el vacío

como equilibrio


Olvido y memoria conversan 

para omitir el fin


(-)

lunes, 15 de marzo de 2021

A Saúl Gómez

 Dime por qué te callas

¿sabes por qué?

como si hablar fuera un solo ruido

que abre un cráter en el cráneo al que llamamos lengua

al que llamamos palabra.


Pero callar no te sienta

explícame por qué

por qué nos sientan algunas cosas tan leves

como un color, con suerte sombra, bajo los ojos

o en las mejillas

o de reflejo en un destello en el vidrio del reloj.


Yo no tengo nada que brille,

porque la luz se asemeja a decir algo.


Dame a mí lo que no dices

lo que el ruido de tus infinitas fibras musculares

el roce de la sangre al llegar a tus dedos y dar la vuelta

dice por ti. 


Explícame por qué

nos sientan cosas tan leves como la sangre

y otras nos quedan sueltas.

A esto prefiero llamarle misterio.


Otro:

¿cuántas veces puede el sol entibiar

la nariz de un joven muerto

antes de sentir vergüenza?


¿Cuántas mañanas puede un muerto

callarse hasta ser escuchado?


¿Y por qué siquiera amanece 

en la pieza donde ayer dormían y hoy se azulan 

estos jóvenes y quiénes son?


¿En qué minuto el sueño da paso

y transmuta en un silencio?


Dime

por qué te quedas callado

como si fuera otra noche de copas

en la que no bebemos para olvidar

en la que bebemos para merecer.



El día que te perdiste íbamos de camino

viernes, 19 de febrero de 2021

El día que te perdiste

yo caminaba de tu mano.

No nos encontraban.

No se encuentran dos gotas de agua sobre el río.


Éramos dos, el fenómeno era diferente 

al de sólo compartir un nombre

también era un abismo:

allá tus campos, acá mi mirada

compartían una mano en este trance gemelo.


Si todos los nombres del mundo fueran como el nuestro

ellos comprenderían el juego de perderse

nos buscarían en los puentes y no debajo

en la entrada del zoológico

en la carretera mirando el valle

en la madrugada

en la caleta al amanecer entre los congrios

en el cénit que se arrodilla sobre un glaciar

en la pupila del ciervo

en la gota de cordillera donde nace el río

no bajo el puente

no en la escarcha

no bajo la gravilla donde quizás se asomara nuestra piel

ahí, no en los jardines,

verían nuestras dos manos atadas

porque íbamos de camino al horizonte.


Tú decías mis consonantes para que me dejara arrastrar

y luego, un poco más allá, yo te arrastraba a ti

sólo con sonarlas.


Si tomábamos un atajo

- quédate -

era igual a detenernos.


Nos llamaban con nombres

- espera –

pero no eran el nuestro.


El día que te perdiste

íbamos camino al río

en el cielo un amanecer

nos entibiaba los labios

escuchábamos sus voces

alejarse en la neblina

- siéntate –

mientras nos tomábamos las manos azules

para entrar en el agua.