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Nos quedamos

domingo, 24 de mayo de 2015
En esta ciudad oscura y angosta
en la que caminamos con ladrillos en los ojos
y un polvo negro nos cubre las pestañas
esta ciudad
en la que se alzan pancartas para vencer a la muerte
en la que los edificios parecen calaveras
en la que los árboles escupen brea sobre los niños
en la que hasta el pájaro puede devorarte
con sus ojos de serpiente;

en esta ciudad marchamos con banderas de colores
para pedir: vida
y los semáforos nos arrojan terrones de sal
porque nos quieren áridos
secos de coraje
crujientes para las puertas giratorias.

Pero nos quedamos
¿por qué nos quedamos?

Porque hoy sentí tu olor en mis manos
por el resto de la tarde
y era el olor de la esperanza.

Porque al hilvanar nuestros dedos
florece una canción de cada yema
y es la canción de la justicia.

Porque hoy me toqué los labios
después de besarte
y palpé un beso que debe continuar.

Los colores que alzamos en la marcha
se desvanecen con la lluvia venenosa
pero los colores que ardemos en la sangre
estallan en cada beso
y graban nuestras huellas en los muros.

¡Nos quedamos!
aunque se haga tarde
¡nos quedamos!
aunque aún tiemble nuestra voz
al invocarnos
¡nos quedamos!
aunque un carro lanza-agua
nos señale la muerte
¡nos quedamos!

Brújula

lunes, 18 de mayo de 2015
Muéstrame el camino de regreso
el sendero
en el que pastaron las vacas

arréame sobre la hierba que pisaron
llévame hasta el estanque
donde miles de aves bajaron a beber
y ellas mugieron
bajo la sombra de los árboles.

Yo, que te buscaba sin llamarte
temiendo espantar a los conejos
había perdido tu huella en la calzada
pero ahora que puedo alzar la vista
he perdido los puntos cardinales

¡muéstrame el camino de regreso!
la vereda
que termina en tu regazo.

Lengua de señas

lunes, 11 de mayo de 2015
"Con el amor que me desborda y cae
todo a mi alrededor engordan
los animalitos que da de comer tu ausencia."
- Juan Gelmán
He aprendido a leer las señales
de la misma forma que he aprendido
el lenguaje de estrellas de la noche
extraviándome entre el bosque y la penumbra
memorizando las cortezas azuladas de los árboles 
frente a una luna de neón.

Mis padres se conocieron en un zoológico
ésa fue la primera señal
el mono jugaba juegos de niño encarcelado
el rinoceronte no se dejó ver
las jirafas ardían en su establo. 
Del fuego sólo escaparon las ratas.

Ahora las señales son mi único idioma 
no comprendo en otras lenguas
ni creo en las verdades si me las cantan a los ojos
prefiero que una palabra me roce los recuerdos
y que al vibrar 
como vibra la hoja ante el paso del pájaro
se desteja en el aire el código de la certeza.

Veintinueve años más tarde
del encuentro en el zoológico
mi abuelo abandona su kiosko a los pies del cerro
donde vendía animalitos de peluche
mi hermano deja nuestra casa para tejer su propio nido
yo, encerrado en el recuerdo de algún hombre,
leo las señales que brotan de todas las notas de la escala
son el idioma que yo hablo
mi lengua no me falla
es mucho lo que he leído

alguien ha dejado la jaula abierta.