La música tejía su arrullo
nosotros su mordaza
quisimos esquivar la tierra fértil
hundirnos en el silencio
pero la música abrió
un surco tibio entre nosotros
de él brotaban las alturas
los ritmos los sonidos
quisimos secarlo
pero la música era también neblina
y callamos
como el silencio calla
antes de la nota final.
Entonces yo quise
tocar mi parte
pero la música sonó incompleta.
En las nubes oí una cadencia
que brotaba de tus ojos
pero no estaba ahí
tu música estaba
incompleta
y jugamos al juego de invocarnos
en un surco sembramos ritmos
alturas vibraciones
el corazón hizo estallar las armaduras
nuestras líneas armaron el acorde
se alzaron dos hombres de la tierra
y entre los brazos cargaban
una melodía.
Llueve en París
Hace 1 año
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