El Cementerio de la Recoleta
no me quiere adentro
lo sé porque todo me lo grita
porque me lo gritan las raíces de los árboles
las manchas amarillas en el pasto
la carne oscura de las ratas a lo lejos:
¡El cementerio de la Recoleta
no te quiere adentro!
Tienen que ser mis ojos
o mis piernas de manteca,
tienen que ser mis dedos fétidos
la muerte ardua que cargo.
Y no es que no me quiera muerto
no me quiere
vivo
no, son los ataúdes clavados en mi costilla
son las cruces que se precipitan entre mis dientes.
Yo no me pondré triste:
¡El cementerio de la Recoleta
no me quiere adentro suyo
y yo tampoco lo quiero a él!
Llueve en París
Hace 1 año
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