El cuerpo que cae sobre mi cuerpo
jamás me toca
sus manos no son para mí manos
porque el cuerpo que cae sobre mí
me atraviesa y nace en mi vientre
yo nutro sus partes desde antes
yo cuido sus labios desde antes
y el cuerpo existe entonces
desde siempre.
Lo invito a jugar con navajas
le digo crece
averigua con cuántas piezas
ya me puedes llamar irrompible.
Pero hay algo oscuro dentro de mí
la muerte que no puedo esconder
la muerte
y el cuerpo cuando huye
y me rasga las entrañas
ni siquiera recuerda
lo que tengo por corazón.
Llueve en París
Hace 1 año
1 comentarios to Yermo:
Qué triste tu poesía, poeta. No te yermes, por favor.
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