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Yo creo que el hombre que pasará por esa puerta

miércoles, 24 de diciembre de 2008
Yo creo que el hombre que pasará por esa puerta
no me va a entender
mi cuaderno, mis dedos
no los va a entender

y yo no soy, lo juro, hombre muy complejo
no tengo un mundo aparte
yo soy lo que ven
hombre ancho y torpe
demasiado vestido
nacido viejo y no queriendo
hombre que no pertenece

pero no me va a entender
¿y entonces qué?
La ruina
u otro vaso quebrado en mi casa.

La espera sentado en una escalera

La espera sentado en una escalera
se asemeja mucho a la espera en cualquier otra parte
la muerte ronda cabizbaja
y mira el reloj conmigo cada vez.

Pero hoy no morirá nadie
sólo que la espera,
antigua y arrugada,
esa que me aprieta los costados
no se conforma con las arrugas del silencio
no se conforma con la cáscara que me queda bajo las uñas.

Es fatal y la muerte
no viene por mí ni por nadie
pero esperar es morir más rápido
es sentarse a que pase la ola que se llevará mi cráneo
es ver el treno acercarse lleno de sangre
y quedarse.

Ahí entonces la muerte se hace visible
y con un arrullo desteje los puntos de la carne.

El Cementerio de la Recoleta

El Cementerio de la Recoleta
no me quiere adentro
lo sé porque todo me lo grita
porque me lo gritan las raíces de los árboles
las manchas amarillas en el pasto
la carne oscura de las ratas a lo lejos:

¡El cementerio de la Recoleta
no te quiere adentro!

Tienen que ser mis ojos
o mis piernas de manteca,
tienen que ser mis dedos fétidos
la muerte ardua que cargo.

Y no es que no me quiera muerto
no me quiere
vivo

no, son los ataúdes clavados en mi costilla
son las cruces que se precipitan entre mis dientes.

Yo no me pondré triste:
¡El cementerio de la Recoleta
no me quiere adentro suyo
y yo tampoco lo quiero a él!

Taras (III)

En realidad
nosotros no tenemos otro cuerpo
para abrazarnos
ni tenemos éste

no tenemos cuerpos que nos griten
es hora de dormir en mi pecho

sólo nos tenemos la distancia
nos tenemos el fondo del choque
y los cadáveres envueltos en bolsas negras.

Pero no tenemos cuerpos
que se digan lo que nosotros nos decimos
no tenemos la advertencia de colisión
ni los frenos.

En realidad no tenemos nada
pero un corazón que mira hacia donde mismo
o dos.

Ballenas

sábado, 13 de diciembre de 2008
Si te vienes conmigo a esta casa
y te acuestas conmigo
bajo esta frazada oscura y desteñida
vendrá una ola enorme a degollarnos,
y entonces el amor no será ridículo
ni verdadero
el amor será como una roca hedionda
o un cochayuyo que le ensucia las manos a los niños

el frío inmenso del Pacífico
nos llenará las venas
y tu mano helada cayendo por mi espalda
será la razón por la que mueren las gaviotas.

Pero nos arrepentiremos de todo
como todo se arrepiente de nosotros
y en la noche que lleguemos al Ártico
y aparezcan las auroras
yo no podré morir ahí contigo

mi corazón que bombea agua turbia
te verá alejarte
despellejando una ballena.

18/9/2008

Sida

Si yo tuviera Sida
ese sida brutal
ese sida asqueroso
ese sida lleno de vergüenza
ese Sida tan solo
esa alma tumorosa
no dejaría que me tocasen los niños
no dejaría que me tocase nadie
y cuando viera mi sangre sangrar
lloraría

imagino que estaría esperando
que esas noticias pequeñas del diario
en las que hablan de experimentos
en las ranas
en los gatos
en los monos
de pronto fueran noticia grande
en los hombres

pero imagino también
que la sangre negra
movería mis manos al cuchillo
que no querría seguir viviendo
con venas tan espesas.

18/9/2008

Rostro

sábado, 11 de octubre de 2008
De pronto ellos abren las puertas
entran a romperlo todo
con un martillo, un brazo
un caimán
y me miran no sé por qué
será que tengo el rostro lleno de candados
y les doy pena
o una de esas cosas que sentimos los hombres
por otros hombres.

Cuando ya han cosido
todo mi rostro a sus dedos
tiran, como cuando éramos chicos
y nos sacaban los dientes con las puertas.

Entonces yo recuerdo estas imágenes:
una bandera chilena enganchada a una rosa del jardín
las cenizas de mi perro,
el acantilado oscuro al que me lanzo sonámbulo
y me dan frío todos los recuerdos
todos los papeles arrugados
que escondía en las paredes de mi casa,
mi casa.

Y se me desprenden los ojos
la boca que se tuerce
la nariz que se bifurca
se me desprende el rostro
y queda lo que queda,
el desnudo de esta cama,
la sangre seca de mis pómulos,
un jovencito mutilado en la costa,
la dulce patria
con su rostro pequeñito.

18/9/2008

El daño

domingo, 7 de septiembre de 2008
Cuando llega la muerte
con sus grillos, con sus alas abiertas
cuando llega lo que se llama muerte
yo no me resisto
o a lo menos, digamos, resisto lo suficiente
lo necesario
para quedarme bien sentado
en la vereda de mi casa.

Pero es tan fuerte la muerte
con sus lagartos anchos
¡que yo no me quedo!
me largo de esta reja estrecha
del golpe
del ciruelo muerto
del olor de mis perros enterrados.
y la busco entre mis zapatos
cuando estoy dándole botes a una pepa de naranja
y la encuentro ahí con sus reptiles
con los ladrillos de mi pieza dos por tres

no sonríe
tampoco sostiene un cuchillo
yo la veo plantando un arbolito
o tejiéndose un chal
a veces me da un beso en las costillas
y casi siempre le respondo
con otro.

Pero otras veces yo me aguanto
sentado en la vereda
y la muerte está apagada y débil
yo la miro y le ofrezco un cigarro
ella no quiere besos
ni cigarros
le ofrezco un puñal viejo de mi padre
"¿y entonces qué?" dice
me lanza tierra en los ojos
y parte corriendo

Esas veces yo no salgo a buscarla
miro las nubes de mi casa
y cuando escribo mi nombre en la tierra
desarmo una fila de hormigas.

Hijo que muere

lunes, 30 de junio de 2008
Hijo que muere
en alguna cama con ojos
sus padres atentos
angustiados
hecatómbicos
escuchan al doctor que receta muerte
cada ocho horas

el holocausto de la ventana
no necesita cenizas
el hijo que muere ya está muerto
para todos los pájaros del mundo

no habrá canción desde los árboles
cuando lo entierren

a sus padres alguien les dijo
que el niño juegue a lanzar dardos
a pelear contra el dolor
a quemar papeles que digan "bacteria"

el niño quiere lanzar las jeringas que le inyectan
pero tiene ya sus dardos
su blanco frente a la cama
y una foto llena de hoyos junto a la cruz

el hijo que muere ya muere
todos lo saben hasta los ratones
su padre lo huele en el metal del hospital
entra a la sala mira a su hijo
llorando lo abraza lo destruye lo traga

el niño arde:
"no te preocupes
puedo matar bacterias toda la noche
con mis dardos"

Rata

Yo mismo me trago este cáncer de rata blanca
cómo no hacerlo si en el silencio
el cigarro
(no, no el cigarro
mi mano)
cruje su tabaco
y todos los lugares son muerte
entre estos dedos.

Yo sé que mi madre no entiende
los barrancos por los que camino
no mi madre no entiende
por qué le llevo este conejo muerto
a la puerta de su casa.

De la tierra surgen hombres abiertos
no son árboles
se les caen terrones por la boca
y mis manos sentadas en el centro
y entre las manos yo
muerto y seco vestido de rata
o rata nada más
desnuda y llena de costras.

Mi madre no entenderá la ventana entreabierta
ni las semillas esparcidas en las paredes
cuando me encuentre pequeño
tan pequeño
agonizando mis costillas blancas
en las garras de mí mismo
y con la cola quebrada
atravesándole los ojos.

Nubes

sábado, 12 de abril de 2008
Alguien me susurraba "trágame"
quizás algo:
las nubes que escapaban de la carne.

Hombre

martes, 26 de febrero de 2008
Es el hombre de esta noche
un hombre cruel
que se trajo el desierto
en su sombra.

Yacemos juntos bajo los tamarugos
en las horas infinitas de la pampa
pero no me besa
este hombre infértil.

Ambos miramos las estrellas enormes
respiramos nuestras palabras antes de decirlas
cogemos con las uñas las pestañas que se nos caen
pero tú haces silencio
hombre injusto
y me dejas solo entre las piedras
aunque no me sueltes la piel
te resquebrajas
y te vuelas con la arena
y me dejas solo.

Me he tragado el desierto
y nadie escribió mi nombre entre los cactus
con las piedras.

Gente

Hay gente en los desiertos

niñas mutiladas
niños de cera derritiéndose
madres con las cejas rotas por la sal
padres nuestros colgando de las muñecas

hay fotos inútiles
de un mismo paisaje

jardines horribles comiéndose a los perros

hay perros
pobres
más pobres.

El agua del norte tiene sangre
llena de pólvora.

"¡Hay gente en el desierto!"
grito,
y un niño que sigue una línea ciega
me dice
cuál desierto.